Amapola's Reflections
(See below for English translation :)
Yo tenía grandes expectativas de lo que Dios haría! Sabía que una vez más Dios mostraría Su Gloria y por supuesto, yo quería ser parte de eso!!! Desde el primer servicio de apertura en el retiro de mujeres Su presencia era palpable, Dios estaba tocando nuestros corazones, sanando, liberando y restaurando entre tantas cosas más. La comunión entre todas fue muy especial, nadie quería dejar de compartir su testimonio de cómo Dios había obrado en sus vidas y aunque en el mundo tendréis aflicción (S. Juan 16:33) Él nos mostraba Su fidelidad a lo que Su promesa de estar con nosotros hasta el fin del mundo nos dice en S. Ma.28:20. Alabamos y adoramos a un Rey Fiel y Verdadero que sigue haciendo milagros todos los días. Dios nos mostraba cómo en medio del dolor y las muchas veces difíciles circunstancias de la vida Él continúa siendo nuestro aliento de vida y diario sustento; ver a nuestra bella hermana Nancy Ramirez junto con su hija presentes a pesar de su tan reciente pérdida, fue un gran recordatorio de que sin lugar a duda, El nunca nos abandona y no estamos solas.
También nuestra hna. Fiona nos expuso una enseñanza sobre una clase de árboles los cuales entrelazan sus raíces a los costados (no de una manera profunda) más sin embargo estos al estar entrelazados los unos con los otros crecen y se desarrollan de una mejor manera, cuando uno de estos árboles es plantado en aislamiento y no tiene otros árboles alrededor para entrelazar sus raíces, este, no alcanza a desarrollar su mejor potencial y no puede crecer igual. Ella usó esta alegoría para representar de esta manera a la Iglesia del Señor, como cuando estamos unidos los unos con los otros en comunión constante somos más fuertes y podemos desarrollar nuestra fe mejor. Esto es una realidad con la Iglesia del Señor en Colombia.
Desde La Guajira donde la matriarca de la tribu Wayuu nos recibió calurosamente y nos contó cómo fue su conversión y como Dios le reveló a través de un sueño nuestra llegada y como nuestra llegada llevaba con nosotras la bendición de la lluvia para poder sembrar, así como también ver sanos y fuertes a los niños que en otro tiempo estaban falleciendo a causa de la malnutrición y la falta de agua potable, el verlos ahora correr y jugar sanos llenos de vida, poder orar y concordar juntos que Dios es un Dios que abre sendas donde no las hay y que El seguirá abriendo puertas de bendición para mis hermanos de la tribu Wayuu fue una gran bendición. Haber presenciado la premiación y reconocimiento de los grupos de apoyo y desarrollo para los niños a través del ministerio ReUnited en Cartagena y ver a los diferentes ministerios tratarse como si fueran UNO, el amor y el apoyo de los maestros hacia los niños y aun hacia los padres de los niños y viceversa fue una gran revelación de su unidad como comunidad en sí. Hasta Barranquilla, en donde visitamos uno de los muchos comedores para niños en donde el amor y la dedicación de las hermanas que sirven cosechan el gozo de ver a los niños regresar y encontrar ahí un lugar seguro donde pueden ser ellos mismos y aprender del amor de Dios hacia sus vidas y para mi el poder ver todas estas transformaciones las cuales son el fruto de aquellos obreros que pacientemente siembran juntos de la mano con Jesus quien es quien da el crecimiento, fue ver Su gloria una vez más manifestada en la tierra.
Mi oración es que podamos continuar creciendo juntos, que Dios use cada una de nuestras vidas para que así como la Iglesia en Colombia está ejerciendo el amor fraternal que refleja el amor del Padre, así también en donde quiera que vayamos, en cualquier lengua y nación que visitemos podamos reflejar el amor inmensurable que El tiene para nosotros el cual es el motor que nos mueve a amar a los que no le conocen aún. Jesus, tuyo es el cetro de nuestros corazones.
Fue para mi el más alto privilegio haber sido parte de este maravilloso equipo de mujeres que Dios llevó a Colombia para ser testigas de lo que Su gloria está haciendo ahí, yo creo que El Señor mayores cosas hará aún! Agradezco a Dios por Su perfecta providencia en cada aspecto de mi vida para haber hecho este primer viaje de misiones una realidad. Agradezco a la administración de mi Congregación de The Peoples Church también por la oportunidad, a la cordial invitación de la familia Bravo Camargo, Pator Saulo Santander M. Sergio Camargo, Helen, Michel, a todo el equipo de hermanos y hermanas que ayudaron a organizar el evento y a ustedes también hermanos aquí en Toronto y en cualquier parte del mundo que estén, quienes nos apoyaron en oración para que este viaje fuera una bendición para todos. De lo único que me arrepiento es no haber comido más helado de Tumaco! :)
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I had high expectations of what God would do! I knew that once again God would show his Glory and of course, I wanted to be a part of that!!! From the first opening service at the women's retreat his presence was palpable, God was touching our hearts, healing, liberating and restoring among so many other things. The communion between everyone was very special, no one wanted to stop sharing their testimony of how God had worked in their lives and although in the world you will have affliction (John 16:33) He showed us His faithfulness to what His promise to be with us until the end of the world tells us in S. Ma.28:20. We praise and worship a Faithful and True King who continues to perform miracles every day. God showed us how in the midst of pain and the often difficult circumstances of life He continues to be our breath of life and daily sustenance; Seeing our beautiful sister Nancy Ramirez along with her daughter present despite his recent loss, was a great reminder that without a doubt, He never abandons us and we are not alone.
Also our sister. Fiona taught us a lesson about a class of trees which intertwine their roots on the sides (not in a deep way), but however, when they are intertwined with each other, they grow and develop in a better way, when one of these Trees are planted in isolation and do not have other trees around to intertwine their roots, they do not develop their best potential and cannot grow the same. She used this allegory to represent the Church of the Lord in this way, how when we are united with each other in constant communion we are stronger and can develop our faith better. This is a reality with the Church of the Lord in Colombia.
From La Guajira where the matriarch of the Wayuu tribe received us warmly and told us how her conversion was and how God revealed our arrival to her through a dream and how our arrival carried with us the blessing of rain to be able to sow, as well as also seeing healthy and strong children who were once dying due to malnutrition and lack of drinking water, seeing them now run and play healthy, full of life, being able to pray and agree together that God is a God who opens paths where there are none and that He will continue to open doors of blessing for my brothers from the Wayuu tribe was a great blessing. Having witnessed the award and recognition of the support and development groups for children through the ReUnited ministry in Cartagena and seeing the different ministries treated as if they were ONE, the love and support of the teachers towards the children and even towards the parents of the children and vice versa was a great revelation of their unity as a community itself. To Barranquilla, where we visited one of the many children's soup kitchens where the love and dedication of the sisters who serve reap the joy of seeing the children return and find there a safe place where they can be themselves and learn from the love of God towards their lives and for me to be able to see all these transformations which are the fruit of those workers who patiently sow together hand in hand with Jesus who is the one who gives the growth, was to see His glory once again manifested on earth.
My prayer is that we can continue to grow together, that God uses each of our lives so that just as the Church in Colombia is exercising brotherly love that reflects the love of the Father, so also wherever we go, in any language and nation. That we visit we can reflect the immeasurable love that He has for us, which is the driving force that moves us to love those who do not yet know Him. Jesus, yours is the scepter of our hearts.
It was for me the highest privilege to have been part of this wonderful team of women that God took to Colombia to be witnesses of what his glory is doing there, I believe that the Lord will do even greater things! I thank God for His perfect providence in every aspect of my life to have made this first missions trip a reality. I thank the administration of my Congregation of The Peoples Church also for the opportunity, the cordial invitation of the Bravo Camargo family, Pator Saulo Santander M. Sergio Camargo, Helen, Michel, the entire team of brothers and sisters who helped organize the event and to you brothers here in Toronto and wherever you are in the world, who supported us in prayer so that this trip would be a blessing for everyone. The only thing I regret is not having eaten more Tumaco ice cream! :)
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